domingo, 6 de septiembre de 2015

Siente

Al identificarnos con este cuerpo y esta mente empieza la confusión. Vivimos en un sueño, pero no podemos disfrutar de él mientras estemos dormidos. Dormidos es no estar consientes de nuestra verdadera naturaleza. Algo está en paz y algo está en continua actividad. Como un péndulo. Tú observas a ambos. Puedes atestiguar eso. Depende siempre a cual de ellos le das tu poder. Tu atención es quien decide. La mente no tiene poder sobre tí. Tu se lo das. Lo que ella proyecta lo crees. Te aferras a eso. Diriges allí tu atención. Tiene como un poder hipnótico que hace que creas todo lo que ella dice. Produce adicción incluso al sufrimiento o a la desdicha. Cuantos minutos diarios te guía? Te confunde? Te hace imaginar irrealidades?. Todo el mundo está atrapado en su propio pensar. Cuando te das cuenta que ese pensar no es confiable y no le das credibilidad a lo que dice, el fuego de la mente va a enfriarse. No la tomes en serio. Incluso puedes reírte de sus ocurrencias. Al cesar la actividad de un estribo del péndulo y aparece la otra. La paz inquebrantable. La que no depende de los sucesos y de las interpretaciones para ello. Sólo es. Es el simple encuentro con tu ser interior. Allí hasta las palabras sobran. No necesitas ya describir, ni nombrar, te sientes conectado a todo. Quien observa?.  Cuando la conciencia observa a través de tus ojos se ve a si misma a través de su creación. Cuando no hay pensamientos de pasado, ni de futuro se crea espacio. Tú estás allí, como un testigo silencioso. La vorágine de las ciudades, la presunta inestabilidad o el miedo de la gente que te rodea, los conflictos laborales y hasta un niño que te sonríe desde la parada del autobús segirán estando. Ya no ves eso. Ellas son tú. Tú eres el mismo que transita por esas calles, Vives el mismo sueño de esta realidad como todos. Pero ahora lo haces despierto. Siente. Sé eso. @SV

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