lunes, 23 de enero de 2017

La Alegría de los Peces

Dos hombres estaban cruzando un río. El más alto, dijo: "Fíjate qué libre y alegremente saltan y nadan los peces. Ésa es su felicidad". Su amigo asombrado lo miró y dijo: "Ya que tú no eres un pez, como puedes saber qué es lo que hace felices a los peces?". Sonriendo respondió: "Dado que tú no eres yo ¿cómo es posible que puedas saber que yo no sé qué es lo que hace felices a los peces?". Luego de pensar cuidadosamente la respuesta el amigo replicó: "Si yo, no siendo tú, no puedo saber lo que tú sabes, es evidente que tú, no siendo pez, no puedes saber lo que ellos saben". Luego de una larga y profunda respiración, el más alto de los caminantes dijo: "Yo conozco la alegría de los peces en el río a través de mi propia alegría". Esta parábola, puede ser comprendida a través de una visión de un mundo en donde el sujeto y el objeto no están separados. Cada cosa que vemos le impregnamos un estado de ánimo. El mismo atardecer puede ser triste para alguien que así se siente. Pero puede ser bellísimo para quien esté contento. Hay un prisma, un velo, un filtro que hace que todos tengamos una mirada diferente. Recordar una canción nos genera emociones diferentes. Puede ser el telón de fondo de un beso apasionado o una ruptura afectiva, lo que su escucha cambia diametralmente, trátese de lo uno o lo otro. Somos como nubes o soles, somos noches oscuras o rayos de luz de luna. El único gesto que puede traer felicidad individual y que es altamente contagiosa es la risa. Capaz de disolver cualquier enojo,tensión, malestar. El sonido de risa es el más desestresante de todos. Prueba poner una sonrisa en tu rostro. Esas curvaturas de los labios produces milagros. No es necesario tener un motivo. Sonríele a tu cuerpo y observa. Un estado de satisfacción vendrá a ti. Nos tomamos todo muy en serio, aprender a reírse de uno mismo es muy saludable y sanador. Mira la naturaleza con una sonrisa. Los árboles y las flores tendrán otros colores., otras texturas, otras fragancias. Las personas se verán diferentes. Cuando lo hagas habrás entendido porqué los peces son felices cuando saltan y nadan en el río. @SV

miércoles, 18 de enero de 2017

Todo es Relativo

Una antigua parábola cuenta la historia de un viejo sabio vivía  en el campo con su nieto. "Un día el joven llega muy agitado a la casa donde vivían gritando: que desgracia! Se ha escapado nuestro único caballo!. Impasible y sin levantar la cabeza de lo que estaba haciendo el sabio exclamó: todo es relativo. A los pocos días entra otra vez agitado el joven y exclama: Que alegría! el caballo ha vuelto y a traído con él una yegua expléndida. El viejo dijo ante la atónita mirada del muchacho: Eso es relativo. A los pocos días el joven montando a la yegua por primera vez se cae y se rompe una pierna. Como pudo, llegó a la casa y con dolor le dice a su abuelo. Que desgracia! Me he quebrado una pierna!. Sereno, el anciano responde: todo es relativo. A los pocos días llegan una comitiva de soldados para en listar jóvenes para la guerra. Al ver al muchacho con su pie entablillado siguen su camino. Esta vez el joven no dijo nada. Había comprendido que gracias a la rotura de su pierna había escapado de una muerte segura en la guerra. Y que si no se hubiese escapado el caballo no habría traído a la yegua. Cuando unas muchachas del pueblo, enteradas del accidente van a verlo exclaman. Que horrible! Que desgracia! El muchacho, con una sonrisa en los labios exclama: Todo es relativo". Observemos. Cuantas veces al día emitimos juicios? Cuantas veces al día por cosas que nos suceden a nosotros, a familiares, a amigos o que vemos por televisión nos alegran, nos entristecen, o nos hacen producir exclamaciones y frases cargadas de emoción?. De amor o de odio? De indignación o placer?. Esas sensaciones de dolor recordado perduran varios días, o nos impiden dormir en la noche. Cambian nuestro humor según estas sean. Somos como un péndulo. Las emociones nos llevan de un lado a otro. Esta parábola zen nos enseña que todo es relativo. Que lo que hoy nos alegra mañana puede entristecernos y viceversa. Si pudiésemos ver la relatividad de todas las cosas seríamos más serenos, más calmos, más sabios. El péndulo estaría en equilibrio, en su centro. Los árboles son así. Un viento intenso puede hacer inclinar sus ramas de un lado u otro, pero siempre vuelve a su centro. Aprendamos de él, mantengamos el equilibrio. Y  por sobre todas las cosas observemos la relatividad de todo suceso. Rumi, poeta del siglo XII lo describe así "Renuncia a la recompensa que merecías. Se feliz. No te lamentes por nada. No anheles nada. Lo que te ha de suceder, escrito esta en el Libro que hojea al azar el viento de la Eternidad" @SV

martes, 10 de enero de 2017

No Te Resistas


"Había un hombre que se turbó tanto de su propia sombra y le desagradaban tanto sus pasos que decidió deshacerse de ellas. El método que utilizó fue escapar. Corrió. Cada que que ponía un pie en el suelo aparecía una huella y su sombra lo seguía de cerca. Atribuyó su fracaso al hecho que no corría lo suficientemente rápido. Corrió más y más rápido hasta que cayó muerto"
                                          Chuang Tsé.
Todos somos ese hombre. Las sombras que nos persiguen son las de nuestros miedos,  ansiedades, temores, culpas. Cuando miramos a alguien esa sombra nubla nuestra visión. Hace que veamos a los demás a través de ella. Vemos la paja en el ojo ajeno. Por eso, es que cuando alguien a través de su presencia nos irradia luz la sombra se disipa. Cuando la sombra vuelve proyectamos en ese mirar nuestra propia sombra. A eso le llamamos decepción. Pero no nos damos cuenta de eso. La otra persona simplemente reflejó la sombra que hay en nosotros. Y cuando miramos nuestro pasado y vemos las huellas que hemos dejado en nuestras vidas tenemos una actitud similar. Responsabilizamos a otros de los que nos han hecho. Ellos son culpables de nuestro sufrimiento, de nuestro dolor. Corremos. Si asumimos que este es un patrón de conducta pretendemos cambiarlo. Indagamos en la sombra, analizamos las huellas.  Nos esforzamos, luchamos con todas nuestras fuerzas contra eso . Ergo la fortalecemos. Un principio de la física, enunciado por Newton, la tercera ley, dice que cada acción genera una reacción, de la misma magnitud y en sentido contrario. Entonces? El Tao, en su ancestral sabiduría, nos dice no hagas nada, en el no-hacer está la solución. El hombre de la parábola corría para escapar. Si se hubiese quedado quieto, en la oscuridad ni sus huellas ni su sombra lo hubieran perseguido. El mensaje es no te resistas, no hagas movimientos mentales para cambiar la situación. Acepta, tu no conoces las vueltas de la vida. No lograr lo que uno desea puede ser una bendición. Acepta cada momento como si lo hubieses deseado. Al aceptar eliminas todas las tensiones, toda la ansiedad, todo el estrés. Al aceptar  las preocupaciones desaparecen y emergerá un estado de felicidad. La felicidad sin motivo es la felicidad verdadera. Si la sombra vuelve no luches, acéptala, no te resistas. La mente en su lógica te dirá que debes hacer, luchar. combatir. La mente es sólo un instrumento. Pero poderoso. En ella muchas de nuestras facetas y personalidades están luchando para tener el control. Vivir en un estado de no resistencia es ir acallando poco a poco las voces de tu mente. Lao Tsé dice al respecto "cuando la mente está quieta el universo entero se rinde a tus pies" @SV

miércoles, 4 de enero de 2017

La Musa Inspiradora

Esta historia no forma parte de ninguna mitología, de ningún relato. Es un homenaje a la musa que me inspira. 
El tenía muchos nombres, lo llamaban Brahma, Vishnu, Shiva,  Ra, Anu, Tapeu, Kukulkan, Quetzacoalt, Viracocha, Zeus, Odín, Alá, Dios, Jehová, Shangdi, Mitra, el gran arquitecto, la conciencia universal y otros que no osaban pronunciar su nombre. Pero al mirar su creación y ver el desarrollo de las habilidades de sus vástagos notó que no estaban completos aún. A las creaciones del hombre le faltaba algo. Pensó en que hacer para que esa obra fuera sublime, elevada, mística. Quien tuviese la capacidad de darle ese toque mágico al ser humano debería ser una belleza superior. Puso manos a la obra. Creó las sirenas en los mares, pero sus cantos hacían encallar las naves. Creó las ondinas en los ríos, pero al ir en su búsqueda los hombres se ahogaban. Creó las salamandras en el fuego, pero se quemaban las manos al tratar de tomarlas. Creó las hadas en los bosques, pero éstas para defenderse usaron la magia y transformaron en sapos a sus perseguidores. Decidió entonces crear una esencia que  escondería en el corazón de una mujer muy bella, la más hermosa. Le llamó Musa. Quien quisiera acceder a ella debería primero transformarse. Colocó otros ojos que tenían la cualidad de ver lo invisible, lo sutil. Pero el hombre que osara hacerlo debía navegar en su interior. Sacar lo que tenía dentro suyo para transmutarse. Vaciarse, encontrarse a sí mismo. Y una vez que tenía esa nueva visión mantenerse en ese estado para que sus ojos no se nublasen. A la elegida le puso obstáculos en vida, para que al ser superados pudiese iluminar a los demás. 
Una y otra vez fue superando cada barrera, cada escollo, cada dificultad. Y con insistencia aparecían otras para que no fuese fácil su camino. Lo que le sorprendía al dios creador es que aún en las más difíciles batallas ella no perdía su sonrisa. Y cuando se enojaba y montaba en cólera el dios del averno subía a la superficie para tomar nota y aprender. El creador se sintió satisfecho cuando movió sus hilos para que se reconociesen. Cuando fue el momento, se miraron a los ojos y no necesitaron decirse palabras. Después de un prolongado abrazo el milagro sucedió. @SpoturnoV